El pasado fin de semana fue marcado por la violencia en nuestra liga local. Un nuevo fin de semana que se viste de negro y mata poco a poco al deporte que amamos.
El día sábado, un chico de 15 años agredió a un árbitro durante un partido de Sexta División en Plaza Ocampo. Esta acción desencadenó la suspensión de dos partidos posteriores en ese estadio, por lo que muchos de sus compañeros pasaron el sábado sin poder jugar.
El domingo la historia fue la misma. Primero, en Villa María, un jugador de reserva agredió con un golpe de puño a un rival y le provocó grandes lesiones en el rostro que obligaron la internación del jugador. Más tarde, en Las Perdices, dos jugadores de Primera División, agredieron al árbitro y el partido también fue suspendido.
¿Qué nos pasa? El fútbol es un hermoso deporte… un juego… Sin embargo, la violencia lo está matando poco a poco.
Creemos que todas las partes del fútbol (dirigentes, futbolistas, padres, árbitros, hinchas, publico en general) tenemos que comprometernos en cambiar la historia.
El fútbol es un juego… se puede ganar, empatar o perder. Lo importante es aprender algo de cada partido. Debemos sacarle dramatismo. El fútbol no es vida o muerte. El fútbol debe ser vida.
Foto: Arbitro agredido en Las Perdices. De Edgar De La Iglesia
