-¿Cómo te presentarías como hincha del Club?
-Me llamo Miguel Abelardo Garofino, pero todos me conocen como “Garufa”. Desde los 7 años empecé a seguir a Alumni. Nací y viví en Corrientes 1752, en pleno corazón de Villa Aurora -aún se llamaba así por eso años-. Desde chiquito yo sentía todo el bullicio de los partidos en la vieja Cancha y ahí empecé a ir solo. Era una fiesta de todo el Barrio. La Cancha tenía solo un alambre alrededor. Estaban los primeros personajes que recuerdo: la madre del Jorge Frutos (que se agarraba a las piñas y a las clinas con las mujeres de Villa Nueva en los partidos contra Alem), el Nene Miranda, el Ratón y el Campana Martínez y la Chiva Sicilia. Ellos fueron mis primeros ídolos.
Y así empecé a seguir a Alumni a todos lados. Muchas veces con la Vieja Banda, donde estaba el Lechuza, Destéfanis, el Pato y muchos más. Toda esa gente, de los cuales algunos ya no están, eran parte de la Hinchada de Alumni que llenaba la Cancha todos los partidos. Gran parte de eso era también porque teníamos otros tipos de Dirigentes, como Hidalgo, el padre del Sergio y Daniel Esper, un tipazo.
-¿Eras la cábala del equipo?
-En una época viajaba con el plantel. Los técnicos siempre me llevaban como cábala. Pedro Catalano, Héctor Arzubialde y el “Negro” Agüero, siempre me pagaban el hotel para que los acompañe. Antes de los partidos siempre estaba con los jugadores en el vestuario y les llevaba caramelos. Como cábala, por ejemplo, a Walter Rena tenía que llevarle si o si caramelos Media Hora y al Nano Guzmán solamente caramelos Sugus. Compraba un bolsón de caramelos y todos los domingos en el vestuario los repartía. Caler es el último que me está reclamando que le lleve los caramelos, jajaja… son otros tiempos. Siempre recuerdo que a Santiago del Estero llevamos once colectivos. Jugaba el “Cuci” López, Bertino y el “Nene” era el Técnico. Recorrí casi todo el país con Alumni.
-¿También sos coleccionista y amante de la historia del club?
-Como coleccionista de fotos arranqué de chico. Las primeras en blanco y negro fueron del Nene Miranda, de José Vilella y del Ratón Martínez. Había un fotógrafo que vivía en el barrio, Don Pérez. Él me sacaba fotos con los jugadores y después me las vendía. Con el tiempo los propios jugadores me regalaban sus fotos y así fui armando. Por ejemplo, tengo una de Víctor Sieracki con Daniel Pasarella en cancha de River, de “Titina” Bravin, festejos en el Club con el “Kelo”, el “Loco” Ferrer, bueno… muchas. También tengo muchas remeras que me regalaban, por ejemplo, la remera del “Caia” Amarilla. Después, pantalones que me regalaron los más chicos: los Depetris, Canelo, Cristian Bargel. Muchas cosas, por la buena onda que siempre tuve con todos.
Aparte yo entraba a los vestuarios y les hacía sonidos de pajaritos, jajaja… el “Kelo” Carassai siempre me decía: “haceme el pajarito”.
-¿Tenés algún recuerdo que no se borrará?
-En esa época, Alumni todavía era como una gran familia. Una vuelta que salió Campeón vinieron todos a comer al taller, éramos como 30. Elvio Belleti era el Presidente en ese momento y me trajo de regalo unas botas grandes de Cowboy, y comimos un asado acá. Estaban todos: los Sachetto, Santoni, el “Colorado” Aris y el “Kelo” Carassai. Se chuparon y no se querían ir, jaja. Hasta los periodistas Alberto Arce y el “Negro” Luna vinieron.
Todo lo que junté durante más de 60 años me gustaría donarlo al Club cuando en la Nueva Sede se destine un lugar para museo y así dejarlo para la posteridad. Acá tengo tarjetas de cenas, banderines, relojes de Alumni, muñequitos, banderas, cuadritos que me pintaba el padre de “Titina” Bravin, además los 2 cajones de muertos de Alem y Racing de Córdoba, jajaja… y siempre la foto del último equipo de Alumni a la vista.
Lo único que no se si voy a regalar rápido es mi bandera del loro, que lleva fácilmente 25 años todos los domingos colgada de los alambrados…